sábado, 15 de septiembre de 2007

La Profecía de las Tres Sacerdotisas

Oíd la última voz del pueblo hábil
Que recuerda al antiguo heraldo
Una vez él regrese a la Raíz de la Tierra

Y el vástago de reyes reconocido
Junto al enamorado emisario
Nombrando a los reyes

Sólo Ella podrá cortar el lazo
Del Destino de los hombres
En el corazón del Juramento

Una hija de Príncipes hallada
Para el nuevo fin
En el oscuro mediodía

He que ya sin esperanza
La batalla mengua en las puertas de hierro
Y el futuro un cuervo de medianoche

Mengua el hálito entre los hombres
Entre cadáveres hermanos
Hermanos entre armas

He ahí que llegará el fruto de la noche
El ausente a reclamar la sangre
Para descansar lejos al fin

Entonces del hombre perdido
Quien ha de empuñar la espada
Forjada en el límite del mundo

Hablará el bastardo de los perjuros
En el fanal del encuentro
Para redimir las faltas

Un solo hombre
El heredero de los muros y el acero
Dominará los ejércitos con su sola mano

Volverán los verdaderos reyes a su trono
En el Valle amplio donde crece la hierba
Y la Primavera cede al viento del atardecer

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